Barbarella mía
Yo te imagino así, levitando,
desvistiéndote lentamente
ajena a la gravedad de la cama,
o al consuelo del piso
Quisiera orbitar alrededor tuyo
y aventurarme en tu cuerpo
pero sin peso
Que mis labios te visitaran
sin almohadas ni sabanas de por medio
O que la yema de mis dedos te recorriera
como un explorador en busca de tus secretos
Quisiera no ser yo,
no tener consciencia ni objetivo
Solo ser pulso, tacto, u olfato
y tenerte al fin
desposeído de mí mismo
Yo te imagino así
levitando una y otra vez
hasta desplomarnos juntos
2017©Enrique Ahumada Brooklyn, NY
Los Adioses
(Estrategias posibles)
Puedo verlos por la ventana.
Un fantasma le ofrece su brazo al otro
para cruzar a salvo
a la otra orilla de Diagonal Norte:
uno es Jaime, el otro es Borges
El ruido no viene de esa calle,
sino de una ventana cerrada
adentro de mi cabeza
El viento voltea el florero
pero no alcanza a abrirla:
las flores están marchitas,
no alcanzan
Que habrá ahí adentro?
Sonrisas y lágrimas
Besos y apretones de manos
Abrazos, muchos abrazos
Encuentros y despedidas
Sueños y hechos consumados
Historias entrecortadas
como trozos de fotos.
Y si armo un collage
con cosas dichas, y no dichas?
Y otro con preguntas que nunca
llegaron a mi boca?
Cómo oficiar los rituales del adiós
con el cuerpo ausente?
Arrojo gladiolos al mar
o preparo una ofrenda
para el día de los muertos?
Llorar no es despedirse
pero ayuda
No abre la cabeza
pero aligera el pecho
cuando el corazón marcha denso
a un compás apesadumbrado
Y si me mimetizo en funerales ajenos
donde mis lagrimas pasen desapercibidas
aun para mí mismo?
Al final, después del final,
descubro lo irrevocable
de esta despedida:
lo que fue, fue,
y lo que no, pelito para la vieja.
Se van desvaneciendo en la ventana
Borges con sus ojos nublados
lo guía por Florida hacia el horizonte
Es hora de decirle adiós al tío James
En este jardín de los recuerdos
nuestros senderos se bifurcan.
2020©Enrique Ahumada
Brooklyn, NY
El Tren Inmóvil
Los mozos bostezan
Los parroquianos se desperezan a sorbos de café
El murmullo es casi inaudible, distante
Los domingos no apuran a nadie
El aire fresco despeja su cabeza
Como una meditación automática
Sus propios pensamientos se distancian
Se vuelven murmullo, inaudibles
El ritual le resulta familiar
Deja que la brisa le respire
otros murmullos, otros silencios
Recuerda otros paisajes
en el interior de su cabeza
Quieto por fuera
inquieto por dentro,
No va a ninguna
y a todas partes a la vez
Está en un tren inmóvil
por donde pasa la ciudad
Pide gancho, se rinde
No más escondidas ni encuentros fugaces
Renuncia a partir sin decir adiós.
No opone resistencia
Habrá un recorrido para ser otro,
o el otro?
Llegará a ser el mismo
y alguien distinto a la vez?