El conductor de este tren es, como dice el tango, una rara mezcla de Museta y de Mimí. Nació en Argentina (nadie es perfecto) y vive en EE.UU. Es publicitario por profesión y contador de historias por amor al arte. Sueña con editar una película con escenas de Fellini y Bergman. Y remixar El Bolero de Ravel con Adios Nonino de Piazzolla. Está alineado con Alan Kay: “La mejor manera de predecir el futuro es inventarlo.” Se identifica con Michel Foucault: “No soy un profeta. Mi trabajo es abrir ventanas donde normalmente hay paredes.” Y se inspira en Fernando Pessoa: “El poeta es un fingidor. Finge tan profundamente que hasta finge que es dolor, el dolor que de veras siente.”

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Enrique (Henry para los amigos) vive, trabaja y sueña en Brooklyn, New York.