Los Adioses

(Estrategias posibles)

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Puedo verlos por la ventana.

Un fantasma le ofrece su brazo al otro

para cruzar a salvo

a la otra orilla de Diagonal Norte:

uno es Jaime, el otro es Borges

 

El ruido no viene de esa calle,

sino de una ventana cerrada

adentro de mi cabeza

 

El viento voltea el florero

pero no alcanza a abrirla:

las flores están marchitas,

no alcanzan

 

Que habrá ahí adentro?

Sonrisas y lágrimas

Besos y apretones de manos

Abrazos, muchos abrazos

Encuentros y despedidas

Sueños y hechos consumados

Historias entrecortadas

como trozos de fotos.

 

Y si armo un collage

con cosas dichas, y no dichas?

Y otro con preguntas que nunca

llegaron a mi boca?

 

Cómo oficiar los rituales del adiós

con el cuerpo ausente?

Arrojo gladiolos al mar

o preparo una ofrenda

para el día de los muertos?

 

Llorar no es despedirse

pero ayuda

No abre la cabeza

pero aligera el pecho

cuando el corazón marcha denso

a un compás apesadumbrado

 

Y si me mimetizo en funerales ajenos

donde mis lagrimas pasen desapercibidas

aun para mí mismo?

 

Al final, después del final,

descubro lo irrevocable

de esta despedida:

lo que fue, fue,

y lo que no, pelito para la vieja.

 

Se van desvaneciendo en la ventana

Borges con sus ojos nublados

lo guía por Florida hacia el horizonte

Es hora de decirle adiós al tío James

En este jardín de los recuerdos

nuestros senderos se bifurcan.

 

2020©Enrique Ahumada

Brooklyn, NY

 

 

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